Friday, January 30, 2009

LA RELACION ENTRE SERVICIOS PUBLICOS Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL

Cuando hablamos de ordenar un territorio no debe interpretarse solo como la limitación del perímetro urbano o la gestión de la densidad poblacional o el trazo de las vías públicas, se trata de plasmar con el físico de la ciudad, del pueblo, de la región todo el ámbito de la cultura en sentido amplio de los habitantes de esa comunidad y al mismo tiempo la implantación de las normas de convivencia que nos permitan un habitat civilizado, sostenible, sano y hasta lúdico. De manera que el ordenamiento del territorio, la planificación territorial, debe ser abarcadora y amplia, competencia de todos.

Según la definicion dada por la Carta Europea de Ordenación del Territorio, al Ordenamiento Territorial, (Land-use planning), este es “la expresión espacial de las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas de la sociedad. Es a la vez una disciplina científica, una técnica administrativa y una política concebida como un enfoque interdisciplinario y global, cuyo objetivo es un desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio según un concepto rector” (Consejo de Europa, 1993)

En el ordenamiento territorial, los servicios públicos tienen una fundamental importancia desde su fase de planeación, porque para formular políticas de desarrollo territorial, de crecimiento económico, competitividad, culturales, de obras públicas y equipamientos comunitario entre otras, es básica la participación de las entidades de servicio público en cuanto a la obtención de informaciones, identificación de riesgos, movilizar concertaciones, preveer inversiones, entre otras cuestiones.

Los servicios públicos deberían definir sus inversiones, planes de cobertura, en función de los objetivos de productividad, economía, competitividad y otros objetivos definidos en los planes de ordenamiento, la garantía de la sostenibilidad de los servicios, como el de agua potable y saneamiento, están ligadas a la capacidad de mantener una economía de escala que le permitan aumentar su alcance a nuevos sectores sin incrementos de importancia en los costos de producción. Por tanto la planificación del crecimiento, el conocimiento previo de las demandas esperadas, las densidades, el uso de suelo específico sectorial son elementos de gran importancia a la hora de proyectar un servicio público.

Otro aspecto de relevancia en la relación del ordenamiento y los servicios publicos tiene que ver con la coordinación de las intervenciones de diferentes actores del espacio público. El desarrollo de los proyectos de obras públicas, redes de servicios, operaciones, etc; tendría menos impacto en la movilidad urbana si se realizaran en un ámbito armónico y planificado. En el aspecto económico, de programación de inversiones, estas deberían estar amarradas a los instrumentos de planeación y de ejecución del plan del territorio, orientadas a los necesidades de productividad de la ciudad o la zona, a las necesidades futuras de modificación de densidades y las transformaciones establecidas del uso del suelo.

En el establecimiento de tarifas por servicios es fundamental la información sobre población, catastros, densidades, licencias y además los panes de ejecución de obras, con lo que resulta incompleto el diseño tarifario sin una predicción adecuada de los datos socieconómicos que provienen de un plan cierto de ordenamiento del territorio.

También es procedente la utilidad de los planes de ordenamiento en la formulación de las políticas ambientales de la localidad, para el ejercicio de la autoridades ambientales, en la prevensión de desastres, en el manejo de los residuos sólidos y de los recursos hídricos, especialmente en la implentación de los planes maestros de alcantarillado sanitario, el tratamiento y la disposición final de las aguas servidas.

En el caso de la ciudad de Santiago la ausencia de un plan de ordenamiento territorial limita la capacidad de planeación de los servicios publicos, en nuestro caso más cercano, el de la provisión de los servicios de agua potable y saneamiento, este deficit se manifiesta en la ausencia de un perímetro específico de servicios, de la infraestructura de servicios, que cada día crece sin un horizonte claro.

Para planificar de manera efectiva el desarrollo de los servicios APS se requeriría en concreto informaciones provenientes de un plan de ordenamiento territorial. Subdivisión política del territorio y su desarrollo futuro; población y proyecciones de población, densidad poblacional proyectada por zonas y sus reglamentaciónes; uso de suelo actual y proyectada. Características de comercio e industrias por zonas de la ciudad y sus proyecciones. Alternativas o escenarios de crecimineto del perímetro o de la huella urbana actual y el uso de suelo esperado en cada uno de los escenarios planteados; las limitaciones ambientales que atenuarían el crecimiento en los distintos escenarios, mapa de riesgos, áreas de influencia de municipios o comunidades vecinas, entre otras muchas informaciones que deberían suministrarse para una correcta planificación del desarrollo de la infraestructura de servicios.

La demanda de servicios publicos está operando en lugares cada vez menos viables social, económica y ambientalmente debido al crecimiento horizontal desmendido y a la bajada en la densidad poblacional que sufre la ciudad de Santiago. Urge que Santiago tenga un POT, la dilación en su formulación le está costando mucho a nuestra competitividad, a la calidad de la convicencia entre los santiagueros, a la movilidad, a la cohesión social, a la integración de nuestra comunidad y muy especialmente a la capacidad de los gestores de servicios públicos para hacerlos sustentables en el futuro.

Hamlet Otanez