La plausible y esperada decisión del gobierno del Presidente Danilo
Medina de destinar mayores recursos en el sector educación supondrá una
elevación de la calidad, la cantidad y la cobertura de educación a
niños, niñas y adolescentes dominicanos.
El aumento de las horas de docencia en la educación pública, a través
de la extensión del horario implica la construcción de nuevas escuelas
para poder disponer de mayor número de horas de trabajo en los locales
existentes y en los nuevos. Es conocido por todos que ya el gobierno ha
iniciado, con muy buen pie, la construcción de más de 370 escuelas en
todo el país y se espera que este ritmo sea permanente en los próximos
años. En adición, la prolongada permanencia de los estudiantes en las
aulas, implica una necesaria preocupación respecto a la resistencia
sísmica de los locales académicos públicos.
Como receptor de decenas de informes técnicos, seminarios,
conferencias y presencia en los medios de comunicación promovidos por
SODOSISMICA, sobre la necesidad de reforzar la resistencia sísmica de
los edificios, y en especial los centros educativos, la mayoría de ellos
construidos previo a las recientes reformas de la normas sísmicas
dominicanas, entendemos que deben destinarse fondos del nuevo
presupuesto de educación para reforzar las escuelas y evitar colapsos
estructurales que atenten contra la vida de miles de estudiantes.
Es necesaria esta intervención en los centros escolares para
incrementar la rigidez de sus estructuras, su resistencia a fuerzas
laterales y al mismo tiempo realizar un plan de intervención que resulte
económico en tiempo de ejecución y costo. Este plan de acción debería
contener una hoja de ruta que proponga al menos un análisis estructural
de la edificación existente, la característica y resistencia del suelo
portante y una propuesta de reforzamiento orientada por el nuevo Código
Sísmico del país.
Para ilustrar la situación más en detalle, se revisaron algunos casos
del Distrito educativo 0806 de Santiago Noroeste, perteneciente a la
regional 08 de Santiago, en esta zona operan 81 escuelas del sistema
público, con una población estudiantil registrada a principios de año
escolar de 22,266; la zona comprende solo una porción del área noroeste,
mayoritariamente rural, del sistema educativo público de la provincia
Santiago.
Una típica debilidad de las estructuras de las escuelas dominicanas
es el llamado efecto de columna corta (ver Fig. 1 y 2 Esc. Braulio
Paulino que alberga 1299 estudiantes Tamboril) que representa un alto
riesgo de colapso de los entrepisos y techos de muchas de nuestras
escuelas.
Las escuelas de mayor cantidad de alumnos inscritos del DE-0806-STGO
son la escuela Agustina Mercedes Díaz Ramos en Don Pedro con 588
estudiantes, Esc. Braulio Paulino de Tamboril 1,299;Esc. Felicia
Hernández con 962; Esc. Salome Ureña en La Gallera 1,174, y la Santiago
Guzmán Espaillat con 1,116.
Otras escuelas requieren revisión de sus estructuras y presentan
agrietamientos que identifican fallas importantes en sus fundaciones y
en sus sistemas portantes, tal es el caso de la escuela Santiago Guzmán
Espaillat como se observa en la foto #5
Según un informe del Ministerio de Obras Públicas del Perú, el costo
por aula en cuanto a su adecuación estructural anti sísmica, ronda
valores de entré 5,000 y 7,000 dólares norteamericanos por aula
intervenida, lo que representa un costo relativamente accesible para que
el Estado Dominicano evite miles de muertes de niños dominicanos.
En pocas palabras, no sólo se debe invertir en el desarrollo de
nuevos centros escolares, sino que se debe reforzar las aulas
existentes, muy especialmente en la provincia de Santiago, por su
cercanía a la falla tectónica de la cordillera septentrional y su alta
población estudiantil, evitemos una tragedia que afecte a la próxima
generación de Santiagueros y Santiagueras.
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